Zorionak niri
zorionak niri
zorionak Haiduc
zorionak niri...Mi regalo de cumpleaños del año pasado fue que mi camino se cruzara con el de una tal
Burma.
Lo que dura un cruce de caminos es más que suficiente para darse cuenta de que si éstos se separan, merece la pena agarrar la senda por las cunetas y torcerla hasta donde haga falta para caminar descalzo a su lado.
No he conocido a nadie que tiña las letras de la palabra amistad de tantos colores. Y sin embargo, a Burma no la definen los adjetivos, sino un verbo: Burma
multiplica. Multiplica la intensidad de los momentos, las risas, los abrazos, la compañía y el cariño.
Pero no solo eso, Burma se multiplica a sí misma: fue ella quien me cogió de la mano y me llevó de paseo por la bloggosfera, quien me hizo cruzar la puerta a esta dimensión donde he conocido a personas excepcionales.
Sólo me queda pedir al próximo año que me permita seguir contando con la sensibilidad sin límites y el amor por las palabras y por todo lo demás de
Agua, la originalidad y el ingenio de
aMIN, los recuerdos y la ternura de la romántica
Athena, la simpatía de mi compañera de viaje
Cleo, el desgarro de la musa de
Crono, el buen rollo, las tapas y los tragos en la bodeguita de
Eloryn, el desparpajo de
Flor, el extremo buen gusto de
Gonzalo, la forma de hacerme sentir pequeñito de
Holden, los cigarros, las mentiras y la sinceridad de
Humo, el encanto y la belleza de la poesía de mi hermana
Jacaranda, los achuchones de mi
Kape, la proximidad, la emoción y la distancia de
Llaeza, el compromiso, la implicación, los principios y la rebeldía de mis amigos
Buddy y Luthie, la pasión por el arte y por la amistad de
Magda, el seguir añorando a
Mai, las letras perfectas de la deslumbrante
maRía, la inocencia, la dulzura y el cariño de
Mariposa, la sensualidad de
Menta, el tacto limpio y la compañía de la seductora
Mirada, la búsqueda de la felicidad de la espontánea y cautivadora
Miss H, la coherencia y los análisis de
Paco, esa otra forma de entender la vida tan particular de
Poledra, la intensidad de la enigmática
Sencilla y el buen humor de mi amor platónico
Maruja.
Y quien sabe que otros caminos se cruzaran, y a dónde nos llevarán éstos.
¡¡Muchas gracias Burma, por todos tus regalos!!