miércoles, junio 29, 2005

Decenas de finales

Nunca cojo nada del suelo. Pasé la mitad de mi infancia escuchando a mis padres gritar '¡deja eso, caca!'. Y no me extraña. Me comía todo lo que encontraba, lo que más de una vez nos llevó a urgencias para radiografiar tapones de boli, muelles de pinzas, monedas y cabezas de airgam-boys.

Recuerdo las reuniones familiares, esas en las que mi madre sacaba las fotos que más me avergonzaban para mofa de todos, como la de la primera comunión a la que yo había querido ir vestido de capitan de marina, y me vistieron de Nino Bravo. Para rematar la faena siempre terminaba sacando de su armariodondeguardadetodo las radiografías de mis intestinos y la cabeza del airgam-boy indio corriendo por ellos.

De aquella época me ha debido quedar la manía de mirar a menudo hacia el suelo mientras camino, que no es que sea cabizbajo por resignado, sino por observador de profundidades. Mirando hacia abajo uno se pierde casi todo, pero de vez en cuando encuentra algo. En una ocasión encontré una foto de carnet caída en el suelo, sobre la acera de una céntrica y ruidosa calle. Era de una chica joven, con el pelo castaño y ondulado, cara muy blanca y mofletes colorados. La foto estaba pisada y un poco arrugada. Me dio mucha pena dejarla en el suelo. Me imaginaba desde su indefensa perspectiva, viendo centenares de pies gigantescos pisándome uno tras otro. La recogí. Quería evitar su sufrimiento. Me acerqué a una papelera, pretendiendo darle un final mucho más digno a su existencia. Ella me miraba arrugada y sucia, como pidiendo ayuda. Y yo me disponía a tirarla como un desperdicio más y seguir mi vida.

Cuando uno se ha sentido un desperdicio y lo han tirado a la basura, aprende a valorar una mano que te alisa las arrugas, te limpia la cara y te protege de pisotones. La metí en mi cartera junto a mi foto del carnet de la biblioteca.

Ha pasado mucho tiempo, y la foto aún sigue ahí. La veo casi cada día. A veces he pensado... ¿y si un día me encontrase con su dueña frente a frente en un autobús? Le he dado decenas de finales a ese pensamiento.

1 comentario:

Mar dijo...

ajajajaj de Nino Bravo, ajajajajajajajaajajaja, que me da, ajaja...buuf, tienes unas ocurrencias impagables Robin, ajaja. Eres fantastico, dotado con ese punto de ternura que siempre me gusta tanto leer. Yo siempre he caminado mirando al suelo, todavía me pregunto ¿buscando que?...

un beso dulce y un susurro